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Noticias - 19 marzo, 2021

Columna: Razones para un cambio de estrategia en torno al cannabis

La cannabis ha sido consumida desde tiempos remotos y así lo demuestran los restos de hace más de 3000 años analizados en China. Cuyos hallazgos han sido publicados en un reciente estudio de la revista Science, revelando un consumo con fines rituales y espirituales. (Ren, M. 2019).

Hoy en día, Chile se encuentra dentro del top cinco de países consumidores de cannabis a nivel mundial, junto a Canadá y Estados Unidos (World Drug Report, ONU 2018). Incluso, a pesar de los infructuosos esfuerzos por demonizar tanto a consumidores y oferentes. Estos datos entregan claras señales de lo ineficiente que ha logrado ser la política de prohibición. En respuesta a esta fallida política pública, otros países (Canadá, USA, Uruguay) que cuentan con cifras similares de consumo, han optado por un cambio de estrategia que, según estimaciones preliminares, y apoyado por una amplia variedad de estudios, está dando alentadores resultados en áreas de interés como los son salud pública (consumo infantil), seguridad ciudadana (disminución mercado negro) y económica (recaudación tributaria por parte de los gobiernos y creación de empleo, entre otros).

Generalmente cuando se discute sobre legalizar la marihuana, se hace poniendo énfasis en su libre consumo recreacional. Sin embargo, una correcta política pública debiese ir más allá y debe entender y abordar la problemática como un todo. Esto considerando las áreas de impacto directo e indirecto.

Hasta hoy en Chile, la discusión ha estado principalmente capturada por el sector salud, a pesar de que el control de drogas y estupefacientes orgánicamente pertenece al SENDA, que es parte del Ministerio del Interior, demostrando así que para nuestras autoridades el cannabis es un problema de orden y seguridad nacional y no un problema de salud. Por lo tanto, el primer paso es reorientar la forma en que concebimos el problema. Lo que realmente nos debiese preocupar es el consumo en edad temprana de cannabis; es decir, el consumo infantil y adolescente. Dato para la causa: Para Canadá este fue el argumento clave para la regulación de este mercado.

Este cambio de mirada nos llevaría a implementar una estrategia de regulación que, tal como han demostrado los estados de Colorado, Washington y Oregón, podría traer beneficios no solamente en términos de salud (primer fin buscado) sino también en términos económicos; recaudación fiscal vía impuestos y patentes, ahorro en gastos judiciales, desarrollo de una industria existente, pero que formalizándola generaría un importante mercado y creación (regulación) de empleos. Además de otros potenciales beneficios no menos importante en términos sociales; transparentando a la población sobre los efectos positivos y negativos del consumo, nivelando y regulando su producción, garantizando un estándar de calidad para la ciudadanía consumidora, así como también minimizando los costos sociales que conlleva tener un historial criminal a tantas personas que han sido procesadas bajo la ley 20.000.

Cada una de estas áreas es un mundo en sí mismo, y serán abordadas independientemente en otras columnas para demostrar con más detalles la dirección esperada de los potenciales efectos en el marco de una regulación. Una regulación que, estratégica y responsablemente implementada, conllevaría importantes avances en el tratamiento de drogas en nuestro país.

Finalmente, no basta solo con decir que se puede ser un país desarrollado, para ello hay que realizar acciones que demuestre nuestra capacidad de actuar como tal. Basta de tapar el sol con un dedo, y mejor usemos todas las manos disponibles para desarrollar e implementar una política pública de drogas moderna y acorde a los tiempos que vivimos y que se nos avecinan.

Mijail Villagra V.
Ingeniería Comercial, mención Economía – U. de Chile
M.A. International and Development Economics – HTW Berlin

FUNDACIÓN
EUTOPÍA

Una Eutopia es el aterrizaje de aquel sueño idealista y etéreo al que nunca llegaremos para acercarlo a una utopia terrenal, práctica, razonable y realizable por la ciudadanía. Un mundo sin drogas es una verdadera falacia, pues las drogas siempre han existido al igual que su consumo. De manera concreta, lo que sí es viable es aprender como sociedad a convivir en un mundo con drogas, resguardando la salud de los usuarios, educando a la población y previniendo posibles riesgos o daños. Regular con sensatez y responsabilidad, en conocimiento que las drogas siempre existirán, es nuestra Eutopia.